Si ya tienes claro que necesitas un ordenador, debes saber que comienza una serie de toma de decisiones bastante larga y relativamente compleja hasta encontrar tu modelo ideal.
Pero tranquilidad, porque vamos a ayudarte en este camino. Lo primero de todo es elegir qué tipo de ordenador es el más conveniente para el uso que vayas a darle dentro de tu presupuesto.
Si te preguntaran en un concurso por los tipos de ordenadores que hay, probablemente la mayoría nos quedásemos en los portátiles y los sobremesa. Quizás algunas personas dirían algunos más.
Pero la realidad es que hay grandes desconocidos, especialmente en el ámbito empresarial.
Y aquí es donde comienza la primera división general: los ordenadores personales versus los ordenadores empresariales.
Ordenadores personales
Si quieres un ordenador para casa o para el trabajo, probablemente el tipo elegido se encuentre en esta lista.
Sobremesa
Es el formato de ordenador personal pionero – este honor lo ostenta el Altair 8800 en 1974 – y, aunque no pasa por su mejor momento, es una gran opción si tu idea es reservar una zona específica de la casa para él.
Los sobremesa destacan por:
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- Resultan más baratos que otros formatos para la misma configuración de hardware.
- Es más fácil actualizarlos, simplemente retirando la caja y sustituyendo un componente por otro compatible.
- Relacionado con el punto anterior, es posible diseñarlo a medida y montarlo a piezas, lo que garantiza una personalización máxima a tus necesidades. Esto se estila en gaming.
- Su oferta de puertos es elevada, muy recomendable si quieres enchufarle unos cuantos periféricos.
- Al disponer de más espacio, sus componentes se benefician de una mejor disipación de calor.
- Colócalo donde quieras, compra los periféricos que más te gusten y úsalo en una posición más ergonómica.
En cuanto a las desventajas, obviamente trasladarlo para trabajar en movilidad no es una opción, estéticamente no suelen ser muy atractivos y, a la hora de echar cuentas, considera también que tendrás que comprar al menos monitor y teclado aparte.
- Más barato
- Más actualizable y diseño a medida
- Más puertos
- Posición de trabajo más cómoda
- No puedes usarlo en movilidad
- Necesitas periféricos extra
All in one
Más modernos y estéticos que los anteriores, los All in One son también ordenadores de sobremesa para quien tiene pensado colocar su equipo en una zona y no moverlo.
La diferencia entre un sobremesa y un All in one es que en este último, pantalla y torre son una única pieza. Y esto tiene sus ventajas e inconvenientes.
Si hablamos del lado positivo, son equipos visualmente más atractivos y más compactos, al agrupar componentes. Además, como es habitual que incluyan teclado y ratón, tendrás un ordenador completo y funcional.
Toca leer la letra pequeña: por su diseño, actualizarlo no siempre es posible y si lo es, no resulta barato. Además, será personal especializado quien lo abra para manipular con cuidado los elementos tras su pantalla. En este sentido, antes de comprar, asegúrate de que va sobrado de potencia a corto y medio plazo.
Que sean compactos también tiene su lado malo: la disipación de calor es peor, por lo que pueden calentarse.
Los All in one son especialmente recomendables para uso básico, como ofimática ocasional, navegación o consumo de contenido audiovisual. Aunque también los hay más potentes y ambiciosos para tareas más exigentes como la edición.
- Estéticamente atractivos
- Con todo lo necesario para trabajar
- Peor refrigeración
- Actualizarlos es complicado
MiniPCs
Los miniPCs son equipos particulares en su planteamiento: siguen sin ser ordenadores para sacar a la calle, pero podrías hacerlo sin mucho esfuerzo (y de hecho, hay quien lo hace de forma esporádica) gracias a sus reducidas dimensiones. Eso sí, siguen siendo torres, por lo que necesitarás periféricos extra.
El hardware integrado en general suele ser más modesto que los sobremesa y además, al montar todos los componentes tan juntos, la refrigeración es peor. Otra consecuencia de ser tan pequeños es que la oferta de puertos es también inferior.
A su favor, al ser en su mayoría equipos básicos, son baratos. Aunque hay excepciones en forma de equipos gaming como los Zotac, potentes y de alto precio, pero compactos.
¿Para quién es interesante un miniPC? Para alguien que vaya a usarlo de forma liviana y ocasional, tenga poco espacio disponible o quiera dejarlo a la vista, por ejemplo para conectarlo al televisor.
- Ocupan poco espacio
- Hardware de escritorio
- Suelen ser más baratos
- Peor disipación de calor
- Menor oferta de puertos
Portátiles
Mientras que el mercado de los sobremesa es más tranquilo, las últimas dos décadas han estado muy agitadas en el sector del portátil, al convertirse en un formato versátil elegido por gran cantidad de usuarios, desde quienes lo quieren para usarlo en movilidad como quienes apenas lo sacan de casa.
Precisamente una de las ventajas de los ordenadores portátiles es que puedes llevarlos a cualquier parte y usarlos, gracias a que tienen todo lo necesario: hardware, teclado, trackpad y monitor y, por supuesto, una batería para no depender del enchufe.
Hoy en día puedes encontrar desde portátiles básicos para tareas poco exigentes (mención especial merecen los Chomebooks), para uso general y también para meterles caña en juegos o edición. Hay de todo y para todos los bolsillos.
Entre sus desventajas, la actualización de sus componentes es más compleja y cara, la refrigeración es peor y trabajar muchas horas no es tan cómodo como en un formato de sobremesa, tanto por el tamaño de la pantalla como por la postura.
- Uso versátil
- Todos los rangos de precios
- Completamente funcional
- Peor refrigeración
- Menos comodidad
- Difícil actualización
Ultrabooks
Los ultrabooks son un tipo de ordenadores portátiles diseñados específicamente para trabajar en movilidad. Hay tres características clave para diferenciarlos:
- Menos de 1,5 kg de peso, ideal para llevar en la mochila con esfuerzo mínimo.
- Autonomía larga, de 10 horas o más, para que puedas trabajar una jornada completa fuera de casa
- Dimensiones contenidas y hasta 13 pulgadas de diagonal, esencial para resultar cómodos en traslados.
Aunque hay ultrabooks con hardware modesto para uso básico, no es lo habitual: suelen ser potentes para satisfacer su uso profesional o para tareas de clase.
Hardware ambicioso por un lado y materiales livianos para resultar ligeros conforman una receta que no es barata. Asimismo, por su tamaño, las actualizaciones y la refrigeración son complicadas y la oferta de puertos es reducida. Si optas por un ultrabook, probablemente lleves un hub contigo.
- Alta autonomía
- Diseño y materiales premium
- Son potentes
- Son ligeros
- Son caros
- Difícil refrigeración
- Oferta de puertos escasa
Convertibles
Los convertibles son dispositivos a caballo entre el ordenador portátil y una tablet, quedándose con lo mejor de ambos mundos.
Por un lado, cuentan con un práctico teclado con trackpad que, unido a un sistema operativo de escritorio, resultan ideales para productividad. Es decir, que puedes usarlos para procesadores de textos, presentaciones, hojas de cálculo, edición fotográfica, entre otros.
Pero a su vez disponen de una pantalla táctil y un original mecanismo de bisagra que le permite doblarse hasta adoptar el formato tablet. Así, podrás navegar o esbozar con la agilidad que da manejarse con los dedos.
En cuanto hardware, hay de todo: desde configuraciones básicas para uso sencillo a otras más ambiciosas que podrás usar para productividad exigente. Eso sí, esta diferencia se paga.
Finalmente, son moderadamente ligeros y con buena autonomía, por lo que son recomendables para uso en movilidad. Si no te vas a mover, sus reducidas dimensiones pueden resultarte incómodas.
- Son versátiles
- Con pantalla táctil
- Son ligeros
- Buena autonomía
- Su precio es superior al de los portátiles
- Pantalla pequeña
- Discos duros escasos
Ordenadores empresariales
No es tanto que se usen para trabajar sino que su función es ser el cerebro de cálculo, procesamiento y almacenamiento de tareas empresariales.
Servidores
Un servidor no parece el clásico ordenador al que estamos acostumbrados. De hecho, no esperes periféricos de entrada o salida como teclados, ratones o monitores. Es más, estéticamente lucen como grandes archivadores con lucecitas y cables.
La misión de los servidores es la de estar un nivel por encima de dispositivos de uso personal (en informática se les conoce como clientes), proporcionándoles recursos variados como datos, programas o servicios.
Además de tener un aspecto poco human friendly, integran un hardware potente para desarrollar estas tareas y como consecuencia, su consumo energético es elevado. Tanto es así que son capaces de consumir más del 1% de la energía eléctrica mundial.
Un par de ejemplos para que nos entendamos: son los que guardan los datos de tus servicios en la nube en Google Drive o los que almacenan tus conversaciones de WhatsApp.
- Gran capacidad de cálculo
- Son potentes
- Consumo energético elevado
- Son voluminosos
Superordenadores
Desde un punto de vista estético, los superordenadores no difieren demasiado de los servidores. Así, son también grandes armarios con luces, cables, sistemas de almacenamiento y puertas por las que acceder a ellos, un conjunto muy poco amigable para el común de los mortales.
En este sentido, son también equipos informáticos extremadamente potentes de alto rendimiento, lo que les permite una capacidad de cálculo muy superior a los equipos domésticos. El motivo es que no están diseñados para tareas de ofimática y similar, sino para fines específicos.
Este punto es clave para diferenciarlos de otros equipos empresariales: no sirven para proporcionar datos y servicios como los servidores, sino que procesan datos. Su marco de aplicación es investigación y desarrollo: salud, meteorología, espacio, aerodinámica, energía, entre otros.
Se trata de equipos carísimos, diseñados a medida y manipulados por personal especializado, tanto para su configuración y mantenimiento como para la obtención de resultados.
- Alta capacidad de cálculo
- Diseño específico
- Imprescindibles para avances científicos y técnicos
- Se requiere personal especializado
- Son caros
Workstation
Un ordenador personal está diseñado para editores de textos, hojas de cálculo, programas de facturación, internet, etc., pero se queda corto para las tareas más exigentes, como aquellas propias de la ingeniería y arquitectura, mantenimiento de sistemas, análisis financiero y de datos o creación y edición audiovisual, entre otras.
Para estas tareas la potencia doméstica no basta: estos profesionales necesitan ordenadores más ambiciosos en hardware y alta fiabilidad para desempeñarlas (casi) sin fallos. Son las estaciones de trabajo o workstations, disponibles a su vez en formato portátil y sobremesa.
Un par de apuntes para ayudarte a enmarcarlos:
- La diferencia entre entre un servidor y una workstation es que este último es un equipo cliente que toma los datos del servidor. Además tiene una interfaz humana para volcar datos (pantalla) o introducirlos (teclados, ratones, etc.).
- La diferencia entre una workstation y ordenadores personales radica fundamentalmente en el hardware, siendo más potente y especializado en los primeros.
Precisamente por la calidad y la capacidad de procesamiento de las workstation, se trata de equipos de precio elevado.
- Son potentes
- Son fiables
- Son caros
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